Este viernes llegó la llama olimpica  a Japón, donde el recibimiento festivo previsto se redujo  por la pandemia del coronavirus.El fuego que simboliza el entendimiento universal en torno al deporte aterrizó en la base aérea de Matsushima (prefectura de Miyagi), en el noreste del país. Esa región fue elegida especialmente como símbolo de la reconstrucción de las zonas devastadas por el gigantesco tsunami del 11 de marzo de 2011 y el posterior accidente nuclear en Fukushima. Los excampeones olímpicos japoneses Saori Yoshida y Tadahiro Nomura fueron los escargados de bajar la escalera del avión portando la llama.

Tras un discurso del presidente de los organizadores de Tokio-2020, Yoshiro Mori, el fuego fue traspasado a un pebetero de color rosado con forma de flor, recordando a los cerezos que tiñen el paisaje japonés cada primavera. Inicialmente estaba pensado que 200 niños de la región estuvieran en la ceremonia, pero los riesgos de la propagación del coronavirus, que ha provocado la muerte de unas 10.000 personas en el mundo, hizo que se modificaran los planes iniciales.

– Evitar multitudes –

El recorrido del relevo a través de todas las regiones del país fue mantenido, pero las celebraciones y festejos que lo acompañan fueron reducidos drásticamente.

“Nos rompe el corazón”, había admitido el martes el director ejecutivo del Comité de Organización local, Toshiro Muto, al abordar las nuevas medidas tomadas durante los relevos para combatir la enfermedad.

El 26 de marzo tendrá lugar una gran salida del recorrido, sin espectadores, en la región de Fukushima. Será desde el J-Village, un amplio complejo deportivo transformado durante unos años en cuartel general de los trabajadores encargados de la seguridad y acondicionamiento de la central nuclear devastada.

No habrá espectadores tampoco en las salidas y llegadas de cada etapa del relevo. Tampoco ceremonias de recibimiento de los gobiernos locales y se tomará la temperatura de cada relevista.

vía : AFP