Hoy se celebra el 125 aniversario de la primera edición de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna. El año 1896, en Atenas-Grecia, el mundo presenció un hecho que desapareció hace 15 siglos, en esta oportunidad los Juegos estuvieron abiertos a todas las naciones, y atletas de 14 países estuvieron presentes para participar de manera democrática y leal, como esperaba Pierre de Coubertin.
La idea de Coubertin, que en 1892 fue anunciada y criticada por diversas autoridades, en 1894 fue aplaudida durante el “Congreso Internacional de Atletismo”, que luego se convirtió en el “Congreso de Restauración de los Juegos Olímpicos”, celebrado en el anfiteatro de la Sorbona, en París, Francia.
En este día especial, también se celebra el “Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz”. Con esta perspectiva, Coubertin siempre ha mantenido su propuesta del deporte como un bien común para todas las clases sociales, como un servicio para la paz entre los hombres y para convertir el Movimiento Olímpico pacífico a nivel global.
La prueba de esto se ha manifestado desde los Juegos Olímpicos de la Antigüedad, cuando la Tregua Olímpica fue la encargada de demostrarle al hombre que las guerras y los conflictos no son tan importantes como la convivencia y el respeto. Y luego, se detuvieron todos los desacuerdos para celebrar el deporte y los atletas que representaban el evento.
El 6 de abril de 1896, el Estadio Panathinaiko recibió a varias personas de todo el mundo, dispuestas a dejar atrás cuestiones políticas, étnicas y de otro tipo para apoyar el atletismo moderno.
ATENAS 1896
Durante la celebración de estos primero Juegos, participaron 241 atletas de 14 países que compitieron en 43 eventos de 9 deportes. Zappas y su primo Konstantinos Zappas habían dejado al gobierno griego un fideicomiso para financiar futuros Juegos Olímpicos. Este fideicomiso se empleó en el financiamiento de Atenas 1896. George Averoff contribuyó a la remodelación del estadio. El gobierno griego también aportó fondos. Se esperaba que estos fueran recuperados a través de la venta de entradas y de la venta de la primera serie de estampillas conmemorativas.
Los funcionarios griegos y el público en general estaban entusiasmados con la experiencia de albergar unos Juegos Olímpicos. Este sentimiento fue compartido por muchos de los atletas, que incluso exigieron que Atenas fuera la ciudad sede permanente de este evento. Sin embargo, el COI buscó rotar a diversas ciudades de todo el mundo la sede, de esta manera se eligió a París como ciudad sede de la segunda edición de los Juegos Olímpicos.