Pyeongchang (Corea del Sur), 19 feb (dpa) – Bajo el influjo que supone la participación de dos esquiadores en unos Juegos Olímpicos de invierno después de 26 años, Bolivia sueña con que sus exóticos representantes la ayuden a revitalizar sus deportes invernales.

La presencia en Pyeongchang de Simon Breitfuss, esquiador alpino nacido en el Tirol pero plenamente arraigado a las costumbres bolivianas, y de Timo Gondlund, esquiador de fondo finlandés casado con una mujer boliviana, provocó una euforia inesperada hasta hace unos meses, cuando los atletas todavía no habían garantizado su clasificación.

Mario Aramayo, secretario del Comité Olímpico Boliviano (COB), le aseguró a dpa que la actuación de los dos esquiadores motivó alegría en el pueblo boliviano, que lo hizo saber a través de las redes sociales del organismo. “Ha provocado un cierto impacto en la gente. En el Facebook y en la web del Comité Olímpico Boliviano recibimos muy buenos comentarios”, remarca Aramayo.

Mientras Breitfuss completa una de las tantas bajadas que ya hizo y que todavía tiene previstas en su debut olímpico, una bandera boliviana ondea en la tribuna del Jeongseon Alpine Centre de Pyeongchang con mucho orgullo.

Esa circunstancia es un hecho que la dirigencia boliviana no quiere dejar pasar por alto. Así lo destacó a dpa Marco Arze, presidente del COB, en Pyeongchang.

“Las clasificacion después de 26 años de dos atletas naturalizados que representen a Bolivia en estas justas olímpicas es un buen motivo para pensar en un relanzamiento de los deportes de invierno en el país”, remarcó Arze.

“Hay que trabajar y aprovechar este momento”, añade Aramayo. “Con el presidente estamos muy contentos no sólo con el trabajo de los atletas, sino que también con la dirigencia de esquí”, indicó el funcionario.

La posibilidad que ven los dirigentes tiene que ver con una oportunidad de encontrar financiamiento estatal para reactivar y construir centros invernales, que sirvan tanto a nivel deportivo como para tener una oferta diferente en materia turística.

“Tenemos algunos nevados que, entre comillas, están siendo subutilizados y que pueden servir para promocionar no sólo la parte deportiva, sino también la parte turística. Puede ser un reinicio para los deportes de invierno del país”, asegura Arze.

“Hay que llevar ideas, aportar criterios y explicar bien que estamos dentro de un grupo de menos de 100 países, a diferencia de los más de 200 que hay en los Juegos de verano, que es algo que puede ser muy motivante”.

Trabajar en conjunto a nivel estatal y en el plano deportivo es la alternativa más viable, de acuerdo al razonamiento de Arze. “Hay que pensar en los alcaldes y en la gobernación de La Paz, donde tenemos alturas y tenemos nevados permanentes. Habría que pensar en una inversión que ayude al deporte y a fomentar el turismo”.

Con los Juegos Sudamericanos de Cochabamba por delante dentro de poco más de tres meses, Arze es consciente de que es difícil conseguir mayor financiamiento, aunque a la vez es buen momento para pensar en el crecimiento del deporte del país. “Bolivia está atravesando una etapa de transformaciones a nivel deportivo. Pronto tenemos los Juegos Sudamericanos en Cochabamba, que demandan una inversión muy grande para la modestia de un país que no tiene una gran historia en materia deportiva”, remarcó el jefe del olimpismo boliviano.

Pero mientras los dirigentes planean su estrategia, Breitfuss aporta su granito de arena, con actuaciones que superaron las expectativas.  “Es un orgullo competir por Bolivia. Quiero dejar un legado para que más gente se interese y practique este deporte”, le dijo a dpa el esquiador que terminó 43 en el slalom gigante, 45 en el supergigante y 47 en el descenso.

Claro que su legado no pasa sólo por los resultados: “En Bolivia el esquí alpino era muy popular y ahora no. Por eso tengo un plan para armar una pista con un elevador para ayudar a la gente y para que yo pueda entrenar allí”.